Archivo de la categoría: Nuestra Fe

¡Gracias, por haber dicho que sí!

Eres la misma que habías renunciado a ser madre: del Mesías y de otros posibles hijos, porque Dios te pidió ser virgen. Pero Él hizo que pudieras seguir siendo virgen y que al mismo tiempo fueras madre de Cristo y madre de todos los hombres.

Dios es un ladrón muy singular. Algunos roban y no devuelven. Son la mayoría. Algún ladrón, arrepentido, devuelve lo que ha robado o parte de lo que ha robado. Pero Dios devuelve lo que robó multiplicado al ciento por uno. En ese sentido yo quisiera que Dios me robara todo para aumentarlo al cien por cien.

¡Gracias, por haber dicho que sí!

Un día llamaron a la puerta de una casita de Nazareth. La niña abrió la puerta y escuchó al mensajero que le pedía de parte de Dios: Se solicita una madre para el redentor de los hombres. ¿Aceptas ser su madre?…

Todos los hombres de todos los tiempos, encadenados, infelices, destinados al castigo eterno, rodeaban la casita de Nazareth. Gritaban angustiosamente a la niña inocente y asustada: Di que sí, dilo pronto, y estaremos salvados… La respuesta fue tan sencilla como firme: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.»
Hoy todos los hombres decimos a aquella mujer: ¡Gracias, madre, por haber dicho que sí.»

Yo me uno a ese coro de voces que le dan las gracias. Santa María de Guadalupe es el nombre de aquella maravillosa Niña que nos fue quitando las cadenas de las manos y las cadenas dela cuello; la que nos ha abierto a cada uno las puertas de la gloria, hasta el punto de ser invocada como «Puerta del cielo». Hay que decirle con el corazón: ¡Gracias, Madre, por haber dicho que sí»

El sí de María

María es un alma de aceptación: Pasó por el susto, la sorpresa y la alegría del llamado como tú. Dijo sí con unas palabras hermosas que eran su fórmula de consagración»:He aquí la esclava del Señor…» En esas palabras había entrega total, confianza plena, amor muy hondo…¿como tú?
Alma que alimentaba el amor y vivía del amor en su vida.

Una lámpara en que reponía el aceite, una hoguera en que renovaba la leña para alimentar la llama. El aceite era la oración rica, jugosa, apasionante…¿cómo tú?. Y el sacrificio por amor la leña de la hoguera. Todas las cosas que hacía llevaban un sello: Amor a Dios. Todo era razón y motivo para amar: una escoba, un puchero, un cántaro.¿Para ti también?

Vivía de amor; era su respiración, su vida, su sentido. Sin el amor a Dios, a su hijo, a san José, a las almas, su vida no era nada… ¿cómo tú?
Y María era feliz en medio del dolor, del trabajo, de la sencillez de su vida. ¿Cómo tú?

Alma que de su consagración hizo su vida, su por qué, su alegría.

Demostró que una vida entregada a Dios por amor es una vida hermosísima, muy valiosa, muy rica, digna de imitarse. Tú eres uno de esos imitadores, imitadoras… Tienes que seguir demostrándote a ti y al mundo que tu vida dedicada a Dios y a los hombres es muy hermosa, valiosísima, riquísima, digna de vivirse e imitarse.

VMaria

Autor: P. Mariano de Blas
Fuente: Catholic.net

¿Música católica o protestante?

Alabanza

La música protestante es decir, la de los miembros de iglesias que se autonombran cristianas sin ser católicas, a los cuales el Concilio Vaticano II llama respetuosamente “hermanos separados” no es “mala” en sí misma, pero puede ser ocasión para confundirse respecto a la doctrina. La doctrina protestante no es igual que la católica, y en sus cantos se manifiesta rotundamente ¿Por qué entonces algunos coros parroquiales o cantantes católicos graban “música protestante”? Puede ser por varios motivos.

Uno de ellos puede ser la falta de evangelización en los integrantes, al no reconocer o distinguir entre una doctrina y la otra. Otro motivo puede ser el relativismo que ha alcanzado a muchos católicos, para quienes da lo mismo cantar temas católicos que protestantes. No ven la diferencia, o si la ven no les importa, y se dejan llevar por el puro sentimiento o gusto. Otro motivo puede ser el desconocimiento de la música católica, y la proliferación de temas protestantes aporta variedad para las intervenciones en los actos litúrgicos .Muchos dicen que cantan cánticos protestantes porque están llevando a la práctica el ecumenismo que predicó su santidad Juan Pablo II, ¿es así? Entonar cánticos protestantes no se puede entender como ecumenismo, y menos del que hablaba el Papa Juan Pablo II, pues éste no es para escuchar o cantar música protestante. Si fuera este el punto central del ecumenismo, los “hermanos separados” también interpretarían nuestros cantos, pero no lo hacen, y bien saben el motivo. Simplemente, ellos si ven reflejada nuestra doctrina en los cantos.

El verdadero ecumenismo que propone el Vaticano II en el decreto Unitatis Redintegratio pide: “eliminar palabras, juicios y actos que no sean conformes, según justicia y verdad, a la condición de los hermanos separados, y que, por tanto, pueden hacer más difíciles las mutuas relaciones con ellos; en segundo lugar, “el diálogo” entablado entre peritos y técnicos en reuniones de cristianos de las diversas Iglesias o comunidades, y celebradas en espíritu religioso… para que poco a poco por esta vía, superados todos los obstáculos que impiden la perfecta comunión eclesiástica, todos los cristianos se congreguen en una única celebración de la Eucaristía, en orden a la unidad de la una y única Iglesia, unidad que Cristo dio a su Iglesia desde un principio, y que creemos subsiste indefectible en la Iglesia Católica de los siglos…

Los fieles católicos han de ser, sin duda, solícitos de los hermanos separados en la acción ecumenista, orando por ellos, hablándoles de las cosas de la Iglesia, dando los primeros pasos hacia ellos…” (n. 4).El verdadero ecumenismo consiste en respetar a los hermanos separados y entablar con ellos un diálogo de reconciliación, a fin de que acepten los valores de la fe que Jesucristo ha dejado en su Iglesia. Pero si no se conocen estas verdades ¿de qué vamos hablar o a cantar en la Misa y en los momentos de oración comunitaria? “Todo me es permitido, pero no todo me es provechoso” (1 Co 6, 12). Podemos escuchar cualquier tipo de música, pero no toda nos conviene. En esta cita Dios nos invita a ser maduros en la fe. Si a uno no lo confunden los cantos protestantes, debe considerar que hay muchos hermanos que no están evangelizados y pueden llegar a la confusión de doctrinas y perder su identidad. La identidad nos tiene que llevar a ser hombres de fe, comprometidos para practicar y enseñar la doctrina de la Iglesia que Cristo fundó.

Los católicos no necesitamos de cantos protestantes para nuestros actos religiosos, pues contamos con muchos géneros bellísimos: gregoriana, litúrgica, mariana, de evangelización… gracias a los dones que el Espíritu Santo otorga a los miembros de la Iglesia. El ecumenismo que busca la Iglesia consiste en superar las diferencias con los hermanos separados, a fin de que se superen los obstáculos que impiden la perfecta comunión eclesiástica.

Fuente: católicosconacción.com  (Articulo completo)

Los caminos de Dios son perfectos

Por: Karla Laínez (miembro de la Pastoral Juvenil, Parroquia La Sagrada Familia, El Salvador)

JMJ RIO 2013

Como jóvenes estamos acostumbrados a soñar, a ilusionarnos, a luchar, a vivir al máximo pero sobre todo a alcanzar esas cosas que anhelamos tanto. Eso es a lo que hemos sido llamados a ser unos luchadores en el mundo y como jóvenes católicos también a saber respetar y entender los tiempos designados por Dios.

Soy una principiante en esto de escribir, pero ahora les quiero contar cómo Dios obró en mí y me permitió así, comprender sus caminos.

Hace un par de semanas mis sueño de ir a la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro se vieron opacados por percances que aún no me explico, en resumen, estaba inscrita en la Jornada pero no tenía boletos para ir a Brasil… ¿Tremendo problema verdad? Yo tenía todas las ganas, todo el corazón, pero tal vez no era suficiente para ir a ese encuentro con el Santo Papa.

Junto con mis sueños, mi fe se venía abajo. El dolor era inevitable y la búsqueda de culpables, razones, motivos o cualquier cosa que ayudara a minimizar mi pena eran inalcanzables. Yo dudaba más que nunca de la gente y me preguntaba: ¿Cómo alguien puede jugar con los sueños de jóvenes católicos de esa manera? ¿Por qué el mundo era tan malo? ¿Qué había hecho para merecer eso? ¿Por qué Dios permitía eso? ¿Por qué a mí? TODAS eran PREGUNTAS SIN RESPUESTAS.

En el grupo todos pedían oración y yo lo hacía… pero con poca fe.

Los días iban pasando y unos hermanos no se iban a dar por vencidos, luchaban incansablemente contra esa realidad que estábamos viviendo, visitas a la agencia de viaje que nos había hecho pasar esa situación, rosarios, cadenas de oración, ir a misa juntos, etc. Yo todo lo seguía al pie de la letra, aunque dando todo la guerra por perdida. El sábado 20 de julio un amigo me dijo: “Dicen que de que vamos, vamos. Ese es tu regalo de cumpleaños”; en efecto la ilusión volvió a nacer, creí en las promesas de un humano.

El lunes 22 de julio se fue el primero de tres grupos que íbamos a ser, la esperanza no se perdía, las oraciones seguían, los rosarios también; se llegó el lunes por la tarde y el encargado de la agencia de viajes nos informó que el martes salía el segundo grupo y que lastimosamente no podía pagar el de cinco personas más (entre los cuales estaba yo).

Otra vez el dolor y la decepción se apoderaron de mí, pero ahora bien agarrada de Dios confiando en que no iría a una Jornada Mundial de la Juventud si Él no quisiera; que si iba sería su voluntad, que todo lo que pasara en mi vida quedaba en sus manos, que Él era el alfarero de mi vida, el Arquitecto de mi universo y quería que fuera por siempre mi guía. Más allá de mi dolor, estaba el de mis padres que con mucho trabajo habían pagado ese viaje, no me parecía justo que ellos aparentaran estar bien y que tuvieran un doble dolor; el haber sido estafados de esa manera y ver sufrir a sus hijas por sentirse burladas.

Mi madre se me acercó esa noche y me dijo que: “Dios es bueno y misericordioso, talvez no era tu momento, talvez está probando tu fe. Confía en Él, nuestro Dios no abandona”. Esa noche quedé dormida mientras oraba. El martes en la noche se nos informó que salíamos a Brasil el miércoles 24, a las siete de la mañana. Ahora sí, salía rumbo a Rio de Janeiro con más fe que nunca, con la mejor pre jornada que pude haber vivido; una experiencia de vida que me había dejado como lección que mi Dios es un Dios de OBRAS, un Dios de MILAGROS, un Dios que jamás me abandonará.

Ni hablar de la Jornada, fue una experiencia maravillosa que a pesar de haberla iniciado tarde, la viví con toda la disposición del mundo, con el corazón abierto a esos dones que el Espíritu Santo derramaría en mí. El día de la vigilia con el Santo Papa tuve lo que tanto había esperado, ese encuentro inexplicable con su magnífico poder. El Papa transmite una paz indescriptible y ahora imaginen al Papa elevando el Santísimo Sacramento… No lo podía creer, mi fe está puesta en lo invisible pero en ese momento todo se volvió tangible, TODO cobro sentido y sentí ese llamado a ser una vocera de sus obras, un apóstol en este nuevo siglo y una “pescadora de hombres”.

Dios se complace en mostrarnos nuestra impotencia, para regalarnos con infinita generosidad si nos ve humildes y confiados (confiando con una fe que solo tendría que ser como un granito de mostaza).

Yo les digo: “Mi Dios, es un Dios de GRANDES OBRAS, pero Él obra a su tiempo”.

Termino con mi salmo preferido:

“En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Señor, no desamparaste a los que te buscaron”, Salmo 9:10

“Id y haced discípulos en todas las naciones”
Lema de la XXVIII JMJ Rio de Janeiro 2013